jueves, 17 de julio de 2014

...número X...


portada por Tumbaete

...10 bluesmen...




Esta no pretende ser la lista de los mejores bluesmen de la historia. Simplemente, están aquellos que un servidor aconsejaría si alguien le preguntase qué escuchar para adentrarse en este género. Lo que voy a intentar es mostraros algo orientativo y curioso, más que dar datos precisos de grabaciones, estilos y cosas por el estilo. Además, de reflejar un poco la fascinante forma de vida de estos hombres.

Charlie Patton: De los primeros bluseros en tener verdadera repercusión. Grabó entre el 1929 y 1934. Bebedor compulsivo, este ‘hombrecillo’ ya tocaba la guitarra por detrás de la espalda y entre sus piernas (cosa que Hendrix popularizó, pero que no inventó). Se casó al menos ocho veces y se conoce que al contrario de otros muchos bluesmen, apenas paso apuros económicos durante su carrera. Hay un detalle curioso de él, y es que en las fotos que existen siempre lleva la pajarita torcida. No se sabe si lo hacia a drede o era cosa de su afición al alcohol. Murió a la edad de 43 años a causa de una afección cardiaca crónica.


Son House: Era predicador, hasta que su afición por el whisky lo llevó al blues y lo alejó de la iglesia. Se dice que “lo que perdió la iglesia lo ganó el blues”, y sí que lo hizo, sí. Alumno de Charlie Patton e intérprete del slide (técnica que consiste en deslizar un tubo metálico o de cristal a través de las cuerdas con el fin de imitar la voz humana) su recorrido fue intermitente y estuvo mucho tiempo retirado en Nueva York, hasta que fue redescubierto en el 64’, cuando realiza giras tanto dentro como fuera de USA. Tuvo que retirarse años después, debido a su mal estado de salud. Falleció en 1988.


Blind Lemon Jefferson: Ciego, cantante y gran instrumentista. Fueron sus grabaciones del 25’ (aunque no se editaron hasta el 1926) las que abrieron las puertas para que grabaran en los años siguientes un gran numero de bluesmen. Su otra pasión era la lucha libre (cosa difícil de imaginar por ser ciego, pero así eran estos tipos). Una anécdota curiosa es que un día iba en un coche  que conducía Leadbelly, el cual paró en una gasolinera a comprar algo de beber para seguir la fiesta. Cuando este volvió al coche, vio que Blind esperaba sentado al volante y le dijo serio “ahora conduzco yo Lead, que tú ya has bebido mucho”, imagínense como se quedaría este. Claro, no pudo hacer otra cosa que mirarlo y decirle “Blind, yo estaré muy borracho. ¡¡¡Pero, tú eres ciego!!!”. La muerte de Blind en 1929 suscitó varías teorías. La hipótesis más sólida cuenta que, según parece a la vuelta de una actuación se equivoco de camino, se perdió y  murió congelado en la nieve. Otra gente dice que la muerte le llego en su propio coche y que su chofer (en los últimos años debido a su enorme popularidad gozaba de una gran cuenta bancaria, permitiéndose incluso tener varios coches con chofer contratado) se largó para evitar problemas. Lo único que se sabe ciertamente, es  que tras su muerte, una mujer se presentó afirmando ser su viuda y limpio todas sus cuentas. Él fue enterrado en un cementerio para negros en Wortham, quedando su tumba sin marcar hasta 1967, y no fue hasta 1997 gracias a una colecta a través de internet que contó con una lápida…cosas del blues.

Lightnin´ Hopkins: Le picó el gusanillo por el blues con ocho años gracias a la influencia de Blind Lemon Jefferson, con el coincidió en un picnic de la iglesia en Buffalo. Tocaba con gafas de sol. No le gustaban las giras largas y  cobraba siempre al contado. Cuentan que le ofrecieron 2.000 dólares a la semana por una gira europea, pero que Sam prefirió quedarse en Houston y tocar en bares de barbacoa, salas de billar y cervecerías por 17 dólares por noche. Murió de cáncer con 70 años.



Robert Johnson: Para muchos el bluesmen más influyente de la historia. Nació en 1911. Cuenta la leyenda que vendió su alma al diablo para tocar blues. De él existen bastantes historias. Por ejemplo, dicen algunos de los que convivieron con él que podías estar una noche en un bar con R.J. y estar manteniendo una conversación mientras  que de fondo sonara música. Pues bien, al otro día era capaz de tocar nota a nota las canciones que habían sonado, mientras él estaba hablando contigo, ¡Imagínense! Otra anécdota es que Keith Richards un día en una fiesta sonaba música y pregunto “oye ¿qué es esto?” y le contestaron “Robert Johnson” y dijo ”vale, pero ¿quién toca con él?”, no se podía creer que lo que estaba escuchando lo pudiera hacer un sólo hombre con una guitarra. Su gran pasión por las mujeres le llevó” a que un día un marido celoso le envenenara su botella de whisky y acabara con su vida en 1938. Murió con 27 años y nos dejó 29 temas, dos fotos (hay una tercera pero nadie la ha visto) y una de las leyendas más grandes que puedan existir sobre una persona.


Bukka White: Su gran interpretación del slide y su poderosa voz fueron una gran inspiración para su sobrino, que no es otro que BB King, y según palabras de éste:” mi técnica tremolo está basada en que escuchaba a mi tío tocar el slide, y yo quería hacerlo igual, pero era muy malo con el tubo, así que intentando imitar ese sonido fue como llegue a desarrollar mi estilo tan característico”. Creo que solo por eso merece que lo escuchen. Estuvo en la cárcel durante un año  a causa de una reyerta que acabo a tiros. Cuando salió siguió grabando y algunos  de sus temas se basaron en sus vivencias en la penitenciaria de Parchman. Murió en el 77.

T Bone Walter: nacido en 1910. Empezó muy joven(a los 12 años ya tenia un banjo) guiando a Blind Lemon Jefferson y pasando el sombrero en la banda de su padre. Técnicamente era uno de los más grandes de su época. Su forma de tocar la guitarra era una mezcla de jazz y blues que acabó enamorando a casi todo el mundo. Hasta el grandioso Chuck Berry ‘copió bastantes de sus melodías. Solía ponerse la guitarra sosteniéndola de forma horizontal sobre su vientre, y en sus actuaciones solía tocar abriéndose de piernas, con la guitarra en la espalda. Todo un showman que seguro que hasta viéndolo hoy día nos dejaría perplejos. Murió en 1975 y, de una forma u otra, nunca dejo de tocar.


John Lee Hooker: “he tenido tres mujeres, y las tres intentaron que dejara el blues…yo las deje a ellas” un hombre que haga eso ya se merece un  respeto máximo como artista. El rey del boggie era pequeñito, pero matón. La voz grave de Hooker y su forma de tocar merecen una escucha muy, pero que muy atenta, porque os puedo asegurar que jamás escucharan a alguien sonar así. Su padrastro fue el que le hizo enamorarse del blues y (según el propio Hooker era el mejor guitarrista que  había visto). La fama le llegó tarde, en los 80’. A partir de esa época vivió muy bien y no dejo de tocar hasta su muerte. Nacido en 1917 y muerto en 2001, descanse en paz, maestro.


Johnny Winter:  hasta ahora todos los citados eran hombres negros. Pues bien, aquí tenemos el claro ejemplo de que el blues no es cuestión de color: albino, bizco, un corte de pelo mas propio de un heavy, pero es un bluesman, ¡Y que bluesman! Una forma de tocar inigualable y una voz realmente buena hacen de este hombre un genio. Grabó su primer disco con 14 años al ganar un concurso, desde aquel momento hasta hoy ya van más de 30 discos. Sus problemas con las drogas hacen de el que hoy por hoy tengamos que rezar para que viva otro día más, ya que apenas ve, tiene que tocar sentado y anda ayudado con un bastón. Lo importante es que sigue en el camino.



Alan Wilson: guitarrista de los Canned Heat. Nacido en 1943, este chico apodado “el búho” (siempre llevaba las gafas rotas) realizo una de las mejores tesis acerca del blues (aportando más de siete mil discos de su propia casa) a la ‘tierna’ edad de 23 años. Todo un genio, sobre todo como armonicista. De hecho, John Lee Hooker llegó a decir que era el mejor armonicista que había conocido. De apariencia frágil, a este jovencito le gustaba pasar las noches que podía en el campo durmiendo en su saco de dormir rodeado de animales y estrellas (era un activo ecologista). Era una persona con mala suerte. Como anécdota de las cosas que le sucedían, su compañero de grupo Fito de la Parra cuenta: “un día dimos una actuación y al terminar una chica entro al camerino diciendo que nos quería cepillar a todos. Claro, dijimos que sí y empezamos a hacer el tren. Cuando yo acabe fui al servicio y allí estaba Alan de rodillas, con la cabeza apoyada en la pared. Yo al verlo le pregunte qué hacia, a lo que me contesto fue que había leído en un libro de yoga que haciendo eso rendiría más en el acto sexual. Sin embargo, cuando le tocó el turno de cepillarse a la groupie al bueno de Alan, la chica ya se había ido”. Intentó suicidarse varias veces, hasta que un fatídico 3 de septiembre de 1970 hizo realidad su deseo de escapar de este mundo, ingiriendo un frasco de pastillas y una botella de ginebra.
10 Bluesmen, por Paco Duane

...los cinco sitios de Los Hermanos Cubero...


Los Hermanos Cubero aúnan tradición con modernidad, al menos eso dicen los entendidos en esto de la música. Con lo que nos ha gustado su disco no íbamos a desaprovechar la oportunidad de pedirles que nos indiquen cinco paradas para hacer en su Castilla. 

I.              La Alcarria desde Guadalajara y sus alrededores, El sotillo, la vega del Tajuña de Mondejar a Brihuega. Peñalver, Pastrana, el Tajo en el pantano de Entrepeñas.
II.            La Campiña, entre Cabanillas y Alovera, y como ruta de transito a la serranía del norte de la provincia de Guadalajara.
III.          Subida al pico Ocejón, desde Majaelrayo, o desde Valverde de los Arroyos, el hayedo de Tejera Negra, entrando por Cantalojas, en la sierra Pela, Campisábalos, lindando con la provincia de Soria.
IV.          El Alto Tajo: Hundido de Armallones, Puente de San Pedro, y la zona del Señorío de Molina, Taravilla, Poveda, Peralejos de las Truchas, etc.
La carretera N-II, ruta que conecta Catalunya con la meseta, escuchando a Merle Haggard, Bill Monroe, Lefty Frizell, etc.




RECOMENDACIÓN BÁRBARA:

Flor de Canciones Hasta a los modernos de ...o barbarie les ha gustado lo nuevo de estos hermanos. Cuerdas de acero que se te meten hasta el alma durante los trece cortes de este disco.