martes, 4 de junio de 2013

70 minutos para huir (Miracle mile, 1988)



Suena un teléfono en una cabina en medio de la nada. Billy Wilder, Orson Welles y Hitchcock tendrían claro que NO deben descolgar. EL misterio está ahí, la trama está ahí. El asistente a esa escena sabe que no debe descolgar, jura que lo sabe. Pero no puede evitarlo, está enamorado. Aún recuerdo cuando vi esta película por primera vez, era uno de esos ciclos que echaban en la televisión, de películas de terror o ciencia ficción, sobre todo de los ochenta. Los ochenta fueron la gran época para ese tipo de películas –una pena que no acompañaran los efectos especiales a la de guiones que surgieron en aquella década-. Así también recuerdo la sensación que me dejó al acabar la película. Miracle Mile, o 70 minutos para huir se me mostraba como una película con estética de telefilme: chico conoce a chica, queda con ella, chico se queda dormido y acude tarde a su cita… Hasta aquí bien. Sin embargo, en la calle, de repente suena un teléfono. Debido a un desafortunado error nuestro protagonista –más tarde conocido por su protagonista en la serie URGENCIAS- se entera de su fatal destino: dentro de setenta minutos una serie de misiles nucleares acabará con todo. 

El film, escrito y dirigido por Steve de Jarnatt – en lo que sería su única contribución relevante al celuloide- es una de las pequeñas joyitas que uno se puede encontrar buceando por internet. Líneas de guión absolutamente brillantes para esta representante del cine de amor apocalíptico con mayúsculas –en serio, seguro que existe ese subgénero…-. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario