domingo, 1 de julio de 2012

...Hoy toca hablar de fútbol...

 Hoy nos toca hablar de fútbol. Este deporte hace mucho que no nos ilusiona, y no digamos todo lo que le rodea, aunque seguimos disfrutando de un buen partido. Más disfrutamos, eso sí, de su uso como materia prima en historias de ficcíon. Hay canciones, películas, novelas, animes... que tocan el tema y casi nunca nos entusiasman, o solo un poquito (Evasión o victoria no estaba mal, Un buen día de Los Planetas introduce el tema como parte de un día pleno y sencillo...Vicente del Bosque de El Niño Gusano es un muy buen homenaje, pero solo en el título, ni rastro en la letra, a quien en ese momento no era ni más ni menos que una vieja gloria del R. Madrid que acabó su carrera como jugador en Zaragoza, los Wedding Present dedican título y antológica portada al gran George Best..). Habíamos pensado reseñar el Zona de Obras especial futbol inspirador de estas cuatro hojas, pero no sabemos qué decir, búsquenlo si es que pueden, con artículos muy buenos, como el de Malcolm Scarpa, o el cd recopilatorio, que hacía repaso de varios himnos de equipos británicos principalmente. Si comparamos esta música con la que acompaña por aquí a este deporte nos da la risa. También hemos pensado en centrarnos en el mundo del tebeo: dos mangas reguleros por aquí, algún europeo por acá, otras veces se utiliza a un crack o equipo real en un contexto superheróico, pero ninguno nos parece tan destacable como un personaje de la escudería Bruguera, Pepe el Hincha, creado por Peñarroya con el que se supo reflejar muy bien las miserias de ayer, que son las de hoy, del españolito aficionado medio. Creado en los sesenta y obsesionado con el tema de siempre: que gane su adorado Pedrusco F.C. y que pierda el eterno rival, el Menisco. Como el Pedrusco siempre perdía acababa encabronao y pasando malos ratos, ¿o ese era Don Berrinche? En cualquier caso, en eso sí hemos evolucionado un montón: ahora nuestra selección es la mejor del mundo y eso nos hace tan felices que no nos importa si volvemos a la Edad Media o directamente a ser esclavos en un nuevo imperio romano, europeo o americano. Qué más da, al final no nos hemos centrado en nada.

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