En estos momentos de descrédito de la clase política
muchas voces claman por una mayor participación del pueblo, en el que reside la
soberanía nacional y del que emanan los poderes del estado, en la toma de
decisiones que afectan al mismo. ¿Cómo
podría fomentarse esta participación política de una forma eficiente más allá
de votar cada cuatro años un programa concebido para no cumplirse?
En
primer lugar creo necesario cambiar el sistema electoral actual sustituyéndolo
por uno mucho más justo y objetivo, el aplausómetro.
En la plaza del ayuntamiento de la capital de provincia correspondiente a la
circunscripción electoral cada candidato expondría su programa y realizaría una
prueba de habilidad. el pueblo soberano mostraría a través de su fervor
su elección. Eso si, para fomentar la mayor participación ciudadana debe
hacerse en plazas donde se haya verificado la capacidad por convocantes
de manifestaciones, tienen más capacidad que aquellas en que esta verificación
se ha realizado por la policía o alguna delegación de gobierno, no hay color.
En
segundo lugar, inspirados en la riqueza cultural de los reality shows, cada
semana, y vía sms por supuesto, los ciudadanos elegirían a un diputado para que
abandone la cámara baja de tal modo que se verían obligados sus señorías
a un mayor esfuerzo por satisfacer los deseos de los votantes. Por ello mismo
la totalidad de las sesiones de las cortes deberían retransmitirse por
televisión y en la parte inferior de la pantalla reproducir los sms que envíen
los ciudadanos. Los diputados expulsados, en vez de tener que pagarles
pensiones vitalicias, podrían obtener una cuantiosa remuneración mediante
apariciones en Telecinco.
La
elección de los distintos asesores personales de los cargos políticos se
realizaría a través de mecanismos que garanticen los criterios de publicidad,
objetividad y mérito, por ejemplo, mediante concursos de “cucañas”, donde el
ganador en vez de encontrar un fabuloso jamón en el extremo del palo engrasado
se encontraría con un fantástico despacho que no tendría que pisar para nada
durante 4 años.
Por
último, la monarquía tendría un carácter rotatorio. El premio gordo de la
lotería consistiría en ser el Jefe del Estado durante un año y hasta las
navidades siguientes, y por supuesto el sorteo del niño el príncipe de
Asturias.
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