por Elios Mendieta
Donde caben dos, caben tres, dice el refrán, y lo
cierto es que la sabiduría popular pocas veces ha estado más en lo cierto.
Existen, en todas las ramas del saber, tríos magníficos, que conforman un ente
maravilloso. Me viene a la memoría el trío sensacional de películas con las que
se ha presentado Jeff Nichols como director de cine: “Shotgun Stories”, “Take
Shelter” o “Mud”. Tampoco conviene olvidarse de la trilogía sexual-fatalista de
Michel Houellebecq en sus libros “Ampliación del campo de batalla”, “Las
partículas elementales” y “Plataforma”.
No obstante, aquí estamos para hablar de
contextualizaciones fisícas y, por supuesto, hay ciudades que pueden englobarse
en categorías de tres. No sin cierta nostalgia, recuerdo el trío de pueblos
jiennenses que han participado, cuando se emitía en La Primera, en el Gran
Prix, ese programa que presentaba Ramón García junto a una jamba, que solía
acabar con algún papel secundario en series como Hospital Central. Jodar,
Escañuela y La Carolina, las tres localidades de amarillo, fueron protagonistas
una noche de viernes hace más de una década. Otro fabuloso compendio de lugares
es el formado por Nerja, Uruguay y Japón; lugar de residencia de un conocido y
países de nacimiento de sus padres, respectivamente, que nos abandonó en la
canícula pasada. Sin embargo, el mejor grupo es el que forma el llamado Trío
del Báltico: Gdynia, Sopot y Gdansk.
Un sitio al que recomiendo ir encarecidamente. Gdansk
es la ciudad del ámbar, y sede de la Eurocopa de 2012. Además, se dice que la
CIA tiene una cárcel secreta allí. Desde la punta arriba de los astilleros
Lenin, fantaseas con ver Lituania. Es una ciudad en la que servidor y grupo de
amigos: Señor Sueño, Señor X o Señor E, entre otros, visitamos en dos días de
continua lluvia, lo que la convirtió en más fantasmagórica si cabe. Allí
presenciamos el Gracia – Alemania de cuartos de final de la citada Euro. La
ciudad de Sopot también tiene su encanto. Un gigantesco kilometraje de playa
daba paso a su palacio de cristal y al centro neurálgico de la misma, en el que
desembocaban numerosas calles, cual patas de un arácnido. Señor Sueño recordó a
los presentes que allí ganó su primer torneo Rafa Nadal, o algo así. Este año
se disputa allí el Europeo de Atletismo, o eso me pareció entender en algún
sitio. En Gdynia no estuvimos. O sí. Cuenta la leyenda con la que cerramos el
texto que uno de los presentes, la noche del 22 de junio de 2012, día en el
que, por cierto, falleció Juan Luis Galiardo, en plena borrachera, decidió
volver andando por la oscuridad de Sopot, y hacerlo solo. Se hallaba a más de
una hora a pie del mismo, y la dirección era confusa. Se trata del señor X, y
acabó llegando al hostal, pero varias horas más tarde. Al ser interrogado a su
vuelta, el superhombre reconoció haber llegado durante su caminata a las playas
de Gdynia (sitio que nos faltaba por visitar). Así, de este modo, Señor X se
convirtió en el único de los ocho pardillos en completar la tripleta
Gdynia-Sopot-Gdansk. Algo, de lo que sin duda, presumir.
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